Mi aula , mi celda
Personas que se desviaron del camino de la sociedad e eligieron una vida más fácil. El hampa, no les resulto nada favorable en el transcurso de sus vidas. Debido a sus actos delictivos terminaron en la cárcel. Algunos llevan años de condena, otros, llegan como nuevos huéspedes con la misma aptitud delincuencial y algunos están arrepentidos por sus fechorías. Nada de esto está perdido, decía una frase. En el penal de Sarita Colonia se lleva a cabo cursos de recuperación de conducta para aquellos reos que desean reincorporarse a la sociedad. Se inicia desde cero, como: Leer, sumar, participar, hablar y ayudar al prójimo. Los profesores se encargan de eso, aunque, es una tarea a largo plazo. La interacción es muy importante. Los reos comienzan a formar alianzas, pero no de rivalidad, sino, de fe. La construcción del programa de rehabilitación, comienza cuando los encarcelados dejan sus luchas internas y comienzan a formar una amistad. Esta conducta genera una cadena de solidaridad de unos a otros. Una risa entre ellos, sella el programa de recuperación. El esfuerzo de los educadores hacia los reos da sus frutos con el paso de los años, o la condena, por decirlo así. Algunos reos comienzan a ver la luz. Un nuevo comienzo para volver con sus familias e incorporarse a la sociedad. seamos buenos o malos ciudadanos, la libertad dependerá de la lucha interna de cada uno de nosotros.